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martes, 28 de noviembre de 2017

EDITORIAL: "¡GOBERNADOR, VAYA A ESTUDIAR Y DEJE DE DECIR SANDECES!"

El Bolsón (ANPP).-
Los medios hegemónicos han cumplido y cumplen un rol fundamental en la avanzada del poder económico por saquear al pueblo. Necesitan convencer que no hubo asesinato, sino ahogamiento. Que no hubo asesinato, sino "enfrentamiento".
Rafael Nahuel

Los mismos términos que en la dictadura, y las mismas fuerzas policíacas. Es que aún sigue habiendo mucha gente que mira al costado, que justifica un asesinato, dos, tres, cuatro y hasta treinta mil. Vivimos en un país, en el cual la solidaridad de Santiago Maldonado no es habitual. Lo habitual es ser indiferente a la pobreza del de al lado, a la muerte del de al lado, a la desidia del que trabaja de educador y me resulta incómodo decirle que es responsable del grado de brutalidad que ha alcanzado la sociedad que nuevamente está frente a un gobierno asesino, pero sólo ve el vestido que se ha puesto tal o cual vedette. 
Los mismos medios de convencimiento masivos, esos que ya eran ellos en la campaña del desierto, en la huelga de los inquilinos, en la Patagonia rebelde y en las dictaduras. La misma prensa que se ha transformado, ya no en medios de información, sino de deformación. La misma prensa que dice "choque", "enfrentamiento", cuando de un lado hay pibes con panfletos y del otro un ejército capacitado por los marines estadounidenses. 
Ahora ya sabemos para qué se compraron los miles de millones de pesos en armas en este gobierno. No se entendía porque faltaba un enemigo visible. No sabíamos si sería interno o externo. Pero en su análisis han errado en algo. No son aplicables las mismas estrategias contra las "narco guerrillas" (término acuñado por el departamento de Estado norteamericano para definir al enemigo interno de Colombia). No se trata de narcotraficantes. Se trata de pueblos originarios. Por más que pretendan convencer a las masas, Nahuel hay miles. Como las hay Amancay, Suyai, Huenú, y no sólo nombres, sino apellidos. Rafael Nahuel, vivía en un barrio que lleva su apellido. El lago más importante de esa ciudad lleva su apellido.
Hoy ya no caben dudas, FUE ASESINADO POR LA ESPALDA. Un acto de cobardía despierta rebeldía. Y rápidamente, el país entero, saldrá a las calles a reclamar el cese de un accionar asesino. 
También rápidamente, el inculto gobernador de Río Negro, saldrá a decir barbaridades, sin entender (tal vez nunca tuvo buenos docentes), que Río Negro no existía cuando fue la gesta patriótica de 1810. Pero tampoco en 1816, cuando se declaró la Independencia de "Argentina" (En ese momento, en 1816, se denominó al territorio como Provincias Unidas del Sud). Declaración que fue redactada y asentada en los libros de actas de 1916 en cuatro lenguas. Quichua, Quechua, Aymara y también en castellano. Incluso, tampoco existía Río Negro cuando se esbozó la primera constitución Nacional, ni cuando se creó el Himno Nacional (llamado Canción Patriótica, y que incluía un extenso texto que hablaba y daba cuenta de un proyecto plurinacional y claramente antimperialista). Tampoco existía Río Negro cuando en 1852 se aprobó la primera Constitución Nacional. No. La República, ya sí Argentina, no incluía ni al territorio mapuche ni al territorio toba-Com.
Entonces, ¿Cómo reclamar soberanía sobre las Islas Malvinas frente a los ingleses si no reconocemos y otorgamos el territorio de la Patagonia a los mapuche?
No fueron los españoles asesinos quienes asesinaron y sometieron al pueblo mapuche. Fueron los criollos. Bueno, no todos. Fueron los oligarcas criollos. Los mismos que se quedaron con las tierras. Los mismos que hoy siguen en el gobierno.
Entender que estamos frente a un gobierno asesino, es proteger, dejar de exponer a compañeros y compañeras. Volver a leer la realidad para organizarnos y sacarlos del gobierno.
No permitamos que se instalen. No permitamos que nos asesinen. No permitamos que nos digan qué "nos toca vivir". Tal vez sea la hora latinoamericana. Somos muchos. Somos más de diez veces lo que ellos son. ¿Qué pasa en Chile, en México, en Uruguay? Es, tal vez, la hora de pensar una estrategia popular más amplia y más definitiva. Una estrategia que ponga el poder en manos de las mayorías y no en la hegemonía de un par de avivados y sus cipayos cabrones. Es hora de apostar a la educación, a una educación diferente, revolucionaria de nuestros tiempos. A organizaciones de movimientos, como los Sin Tierra, como el Encuentro de Mujeres, como la de los pueblos originarios en lucha. 
Es hora de no dejar que nos metan hacia adentro. NO, tenemos futuro. El futuro que construiremos juntxs. Porque tenemos historia. Porque tenemos mayoría, creatividad, dignidad, experiencia. Porque somos millones. En la calle no hay trolls que les simulen realidades. En la calle no hay estadísticas dibujables. En la calle codo a codo, somos mucho más que dos!